Industria de alimentos innova con proteína vegetal y ciencia de La Araucanía
Los 10 años de investigación del Centro de Genómica Nutricional Agroacuícola de La Araucanía han sido fructíferos y, particularmente, este año, su aporte ha sido clave. En plena pandemia, este núcleo científico y tecnológico – apoyado por el Gore y la ANID – ha colaborado en el despegue de al menos 20 proyectos que se traducen en atractivos alimentos, sanos y nutritivos, que como factor común tienen a la ciencia y a una proteína vegetal premium producida en esta parte territorio nacional.
Una harina de arroz plus horneable, una bebida proteica a base del lupino dulce y una línea de 35 productos como galletas y premezclas para pizzas o queques que se comercializa en Amazon, son solo algunos de los innovadores resultados que ha dado el círculo virtuoso que, en plena pandemia, se ha generado entre la industria de alimentos y la ciencia con base tecnológica en La Araucanía.
Esta historia la escribe, en buena parte, el Centro de Genómica Nutricional Agroacuícola, CGNA Araucanía, uno de los centros de investigación establecidos en regiones para descentralizar la ciencia en Chile; que luego de una década pone a disposición del desarrollo de la agricultura local y de la industria alimenticia el conocimiento y desarrollo tecnológico logrado a la fecha, un hecho concreto que este año, en plena pandemia, se traduce en el despegue de cerca de 20 emprendimientos regionales y nacionales que llegan con novedosos productos al mercado local e internacional; y cuyo común denominador son la ciencia “made in La Araucanía” y una proteína vegetal extraída de un lupino premium (Aluprot) cultivado por NG Seeds S.A., empresa articulada por cooperativas de pequeños agricultores mapuche.
“Producto de la crisis sanitaria Gobierno Regional, a través del Consejo Regional, generó una comisión especial para establecer contribuciones en medio de la pandemia. Siendo un centro de ciencia y tecnología de la Región, financiado principalmente por el Gore y la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), nos pusimos a disposición y junto con ellos generamos un programa covid. Nuestra estrategia fue poner a disposición la ciencia y la tecnología para que las personas se motivaran y aprovecharan sus tiempos para analizar sus negocios, analizar su situación y darse cuenta que, estando en un momento crítico, podían considerar reinventarse o pensar cómo despegar. Fue interesante ver esto, porque mucha gente se entusiasmó, hubo personas dispuestas a innovar y no solo de La Araucanía”, comenta el director de CGNA, el ingeniero agrónomo y doctor en análisis genómico, Haroldo Salvo.
Considerando el problema global que tiene la humanidad debido al aumento de la población y al cambio climático que trae consigo el reto de la seguridad alimentaria, Haroldo Salvo, explica que si bien en diez años el CGNA ha desarrollado ciencia en plantas, en leguminosas o cultivos de rotación, hoy por hoy tiene mucho más claro su objetivo. El foco está – dice – en el desarrollo de la “proteína vegetal” como respuesta a una producción sustentable y más amigable con el medio ambiente. Es así como se llega al Aluprot, el lupino dulce premium alto en proteínas que hoy atrae el interés de la industria de alimentos hacia esta Región.
Ya sea como materia prima o en formato de “pan mix” (mezcla de lupino y linaza) o como harina extruida para repostería y masas secas, la producción de NG Seeds S.A. ha pasado a ser parte de la cadena de producción de alimentos. A siete años de su puesta en marcha, explica el coordinador de la empresa, Jaime Huincahue, hoy este proyecto creado para mejorar la calidad de vida de la agricultura familiar deja atrás el mercado de la salmonicultura, para orientarse al consumo humano: “porque tiene mayor valor agregado, mayor sofisticación y permite incrementar la rentabilidad”.
PRODUCCIONES
En este escenario surge, por ejemplo, la harina de arroz plus de Empresas Tucapel, que bajo la necesidad de sacar al mercado un producto innovador para los consumidores crea este desarrollo que adiciona los componente de la mezcla de lupino y linaza producida por NG Seeds al alero de la planta piloto de alimentos certificada “libre de gluten” de CGNA, y que emerge con el mejor de los resultados, no en vano, cuenta la jefa de desarrollo de productos de Tucapel, Daniela Garrido, obtiene el premio POY a la harina del año, galardón otorgado por los consumidores.
Con menor tamaño, pero gran energía, otro ejemplo es el de la empresa familiar Epullén, con asiento en La Florida, fundada por María Teresa Comparini y su esposo Gonzalo Burgos, que se ve obligada a la reinvención después del estallido social de 2019, y como resultado crea una línea de 35 productos con base en la proteína vegetal del lupino de La Araucanía, esfuerzo que hoy le permite comercializar en supermercados y en la plataforma Amazon, harinas, bebidas proteicas en polvo y premezclas para pizas, queques y wafles bajo la marca “Terrium Biosnack”, en una secuencia creativa que no se detiene, y donde ellos aportar la innovación a la materia prima de la Región.
Otra prueba más de que este círculo virtuoso ha funcionado es la empresa de Loncoche Vita Organic, creadores de Yoggie, marca de yogures de origen vegetal que en cooperación con CGNA y NG Seeds saca ahora al mercado la bebida proteica Vitaprot. “Llevamos un año trabajando en este proyecto, pero el producto ya tenía otros dos años de elaboración en los laboratorios de CGNA con respaldo de Fondef. Como nosotros teníamos experiencia en este tipo de mercado, eso les llamó la atención cuando nos ofrecieron participar” de esta bebida de lupino que promete ser una atractiva alternativa nutricional.
Referencia:
Eduardo Henríquez Ormeño / eduardo.henriquez@australtemuco.cl
Foto: Rocío Cuminao Rojas / Agencia UNO