Uso de bacterias beneficiosas para mejorar el cultivo de lupino. Por Grace Armijo Godoy, Dra. en Ciencias Biológicas. Investigadora Leguminosas de Grano

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Cuando escuchamos la palabra “bacterias” la asociamos con enfermedades e infecciones, pero actualmente la ciencia ha descubierto que solo una pequeña parte de las bacterias conocidas (menor al 1%) son potencialmente patógenas o perjudiciales para nosotros.

Se estima que el cuerpo humano posee más bacterias que células, siendo el intestino uno de los órganos que alberga una mayor cantidad de estos seres microscópicos, que nos ayudan a metabolizar nutrientes y a protegernos de enfermedades, estimulando nuestro sistema inmune.

Pues bien, así como nosotros tenemos bacterias buenas o beneficiosas, estas también existen en la naturaleza y muchas de ellas interactúan con las plantas. Las podemos encontrar en el suelo, en las raíces, hojas, e incluso dentro de ellas. ¿Y cuál es su función? Se ha estudiado que además de ayudar a que la planta pueda obtener ciertos nutrientes a los que les cuesta acceder, también estimulan su crecimiento y su sistema inmune.

En este contexto, sabiendo que existen bacterias que son beneficiosas para las plantas, es que en el CGNA nos hemos enfocado en aislar y probar estas bacterias en pro del cultivo del lupino. Para eso hemos obtenido bacterias desde el campo, donde éstos crecen naturalmente, pero también desde ambientes hostiles. En el laboratorio nos encontramos estudiándolas, caracterizándolas y cultivándolas en presencia de esta importante planta.

Nuestros resultados preliminares muestran que estas bacterias ayudan al lupino a crecer más rápido y lo protegen ante condiciones de estrés, como la falta de agua, produciendo mayor cantidad de tejido (hojas y raíces), al que nosotros llamamos “biomasa”. En otras palabras, estas bacterias funcionan como los probióticos que muchos de nosotros tomamos.

El uso de estos microorganismos para optimizar el cultivo del lupino es una aplicación muy importante ya que sería una solución para su producción frente a la adversidad del cambio climático, siendo económicamente viable y sustentable.

Efecto promotor de crecimiento de bacterias benéficas aplicadas al lupino. Podemos ver en la imagen (que corresponde a uno de nuestros experimentos) cómo una planta de lupino con una bacteria aislada en el CGNA posee un mayor tamaño y una mayor “biomasa”. El siguiente paso en nuestro trabajo es evaluar si ese aumento en el tamaño de la planta puede verse reflejado en una mayor cantidad de proteínas en la semilla, para así optimizar la producción de esta importante planta.